Con un sentido trágico y premonitorio de la vida, María Luisa Bombal (1910-1980) escribió su obra, revelando en ella un mundo de ensueños, misterios, amor y muerte. "La última niebla", "La amortajada" y "El árbol" remecieron el criollismo de la época y convirtieron a su autora en una novelista universal. ... Biografías, estudios y una controvertida obra de teatro han motivado a la "Revista de Libros" a rescatar su figura. En su época de estudiante, se podría decir que llevó una vida dual: por una parte rendía en los estudios formales como una mujercita aparentemente débil, retraída y tímida, pero al mismo tiempo se inmiscuía en los círculos literarios de la vanguardia francesa, entre poetas, pintores, fotógrafos, actores (estudió teatro con Charles Dullan y fue compañera de Antonin Artaud y Jean Louis Barrault) y músicos que sólo querían crear, crear para dominar, dominar para cambiar el mundo, todo hacia el modernismo, todo hacia al arte. En ese ambiente se enteró que el "Rey de Chile", el poeta Vicente Huidobro se encontraba en la ciudad luz, intentó conocerlo, pero Huidobro siempre se movía más rápido que los demás, pero en ese intento un día queda cegada por una luminosa mirada, se encuentra frente a frente con Teresa Wilms, su mirada melancólica no la deja indiferente, un amigo le advierte que es chilena igual que ella, la ve alejarse, sin saber que le seguirá sus pasos desde muy cerca, demasiado, diría yo. Empapada de la fuerza avasalladora que permite el arte regresa a Chile convertida en una bomba de tiempo que a la larga explotaría salpicando letras, desazón y balas por doquier. En 1931 se embarca mirando el horizonte en el puerto La Rochelle a bordo del trasatlántico "Reina del Mar" con destino a su patria, ella convertida en una soñadora mística con 21 años, 162 centímetros de altura y 50 kilos, se encuentra a su llegada al puerto eterno de Valparaíso, con su madre, sus hermanas Blanca y Loreto, y además un hombre fornido, de estatura considerable, con mirada profunda llamado Eulogio Sánchez Errázuriz, de 28 años, quien se convertiría en su gran amor, su gran desamor, su víctima y su victimario. Tus ojos negros que tanto adoré Eulogio Sánchez Errázuriz era un ingeniero civil, separado de hecho, que tenía entre sus parientes a dos presidentes de la república, y se había convertido en heredero de una gran fortuna. Tenía una relación profunda con el aire, ya que fue uno de los pioneros de la aviación en Chile (nunca a la altura del teniente Bello, pero algo es algo) además de un profundo amor por el orden establecido, especialmente si ese orden lo favorecía, bajo esa idea funda las Milicias Republicanas, un organismo político paramilitar de la derecha oligárquica chilena de la primera mitad del siglo XX, que llegó a tener, en la década del 30, a más de 50.000 miembros dispuestos a verter su propia sangre para mantener a sus patrones con los privilegios de su clase (suena a discurso marxista, pero en fin). Aún me es inexplicable cómo esa mujer de espíritu libre y mirada profunda se enamora de él (serán las cosas del amor que prefiero no entender), pero así sucedió, ella lo imaginó en su avión surcando el espacio infinito mientras las hojas de otoño que levantaba envolvían su alma y se perdió en su sombra y sintió que el amor la envolvía desde lo más profundo de su ser y se entregó como un antílope cansado en las garras del felino. Hay mujeres que sueñan amores clandestinos, ella no, quería todo, no sólo la adrenalina. Nadie tiene claro cuáles fueron las intenciones del aviador para con la mujer, pero sí se tienen claras las de ella: recorrer el cielo con él, para siempre. Pero llegó el momento en que la realidad se hizo cargo de la situación y Eulogio comenzó a distanciarse, primero sutilmente, para luego llegar a la indiferencia más cruda, cuestión que destroza a la escritora que con obvia obsesión comienza a buscar situaciones que le permitan estar cerca del hombre, reuniones sociales, invitaciones a la fuerza, aparte de las toneladas de cartas que le escribe, etc. Es así, que un día se encuentra en una comida en el departamento de Eulogio y sin pensarlo se disculpa en la mesa y se dirige al baño, un fantasma negro se apodera de su alma (no va a ser la primera vez) y cambia la dirección y se dirige hipnotizada al escritorio del aviador, ahí encuentra un par de fotografías de otra mujer y un revólver, toma el arma y se dispara en el cuello, ahí cae y observa la mirada atónita de los concurrentes cuando corren a ver qué sucede, ella está en el piso y una mancha de sangre comienza expandirse hasta los zapatos de su amado. María Luisa se salva, pero queda marcada con una cicatriz cerca de su clavícula y con una mayor en su espíritu, hasta el final de su vida cada vez que se refería a Eulogio sentenciaba: "Me arruinó la vida, pero nunca pude olvidarlo". -------------------------------------------------o---------------------------------------------------------- María Luisa Bombal d’Anthes, n. Viña del Mar 8 junio 1910, + Santiago 6 mayo 1980; hizo sus estudios en el colegio de las Monjas Francesas de Viña del Mar, en el colegio del convento de Nuestra Señora de la Asunción, en el colegio Santa Genoveva (estos últimos dos en París, Francia) y en la Facultad de Letras de La Sorbona; allí ingresó en septiembre 1928 para estudiar licenciatura en literatura, sin lograr graduarse; escritora chilena; nunca recibió el Premio Nacional de Literatura, aun cuando haya sido candidata favorita para obtenerlo varias veces. C. Ið Buenos Aires, Argentina, 28 de junio de 1935, c. Jorge Larco [pintor, de quien diría más tarde la propia María Luisa: "Sin interés amoroso, me casé con un homosexual, artista, pintor, confiando en un ilusorio compañerismo... Pero cuando me casé, seguía enamorada de Eulogio", refiriéndose a su gran amor, Eulogio Sánchez Errázuriz; c. IIð, 1ð de abril de 1944, c. Raphaël (Fal) de Saint-Phalle y Chabannes [+ Nueva York, Estados Unidos, diciembre de 1969; noble francés que ostentó el título de conde, y que se desempeñó en el mundo de los negocios como banquero de la bolsa de valores de Wall Street, Nueva York]. Hija única: Brigitte de Saint-Phalle Bombal, n. Nueva York, Estados Unidos, 1944. MARÍA LUISA BOMBAL UNA ABEJA DE FUEGO CON AROMA A PÓLVORA -----------------------------------------------------o------------------------------------------------------ Una de las escritoras chilenas más importantes del siglo XX, desde muy pequeña mostró interés por la lectura, fascinándose con los cuentos que le leía su madre de autores como Hans Christian Andersen y los hermanos Grima. A la edad de 8 años, escribió sus primeros poemas: A la luna, a un canario y unos versos que elogiaban los copihues blancos. Inició sus estudios en el Colegio Monjas Francesas, pero al morir su padre el año 1923, su madre decide viajar a París, ingresando de esta forma al colegio del Convento de Notre-Dame de l Assomption y luego al Colegio Sainte Genevieve. Sus estudios en Licenciatura en Filosofía y Letras, los realiza en la Facultad de Letras de La Sorbonne. Regreso a Chile María Luisa regresó a Chile en 1931, donde conoce a Eulogio Sánchez Errázuriz, un joven de 28 años, amigo de la familia, con quien inicia una relación amorosa que la marcaría toda la vida. En 1933, luego de una separación obligada de Errázuriz, parte a Buenos Aires invitada por el entonces cónsul y amigo, Pablo Neruda. En el país trasandino, participa del movimiento intelectual de la época, reuniéndose con los escritores integrantes de la revista Sur. En Buenos Aires conoce a importantes escritores como José Luis Borges, Leopoldo Marechal, Victoria Ocampo y al pintor Jorge Larco, con quien se casa en junio de 1935. Esta nueva relación de María Luisa tampoco duraría mucho, llegando a su fin en enero de 1937, donde se inicia un escandaloso juicio de divorcio. Inicio de su Carrera A comienzos del año 1935 inicia su carrera literaria, publicando su primera novela La Ultima Niebla, la cual fue reconocida por la crítica bonaerense como una de las obras más talentosas de la escritura femenina. En 1938, lanza su obra La Amortajada, calificada como la más importante de su carrera, pero que en Chile sólo vendría a editarse en 1942. María Luisa vuelve a su patria en agosto de 1940, trayendo consigo los manuscritos de "El árbol" y "Las islas nuevas", sin embargo, su tranquilidad no duraría mucho. Al año siguiente fue encarcelada por haber intentado asesinar a su antiguo amor, Eulogio Sánchez, teniendo que estar cuatro meses en la cárcel. Obtuvo la libertad provisional el 4 de abril de 1941. El 21 de octubre siguiente fue absuelta definitivamente. A fines de 1941, la Editorial Nascimento publica por primera vez en Chile La Ultima Niebla y La Amortajada. Con esta última, María Luisa obtiene el "Premio Municipal de Novela 1942". Difíciles días en estados Unidos En 1944 se va a Estados Unidos, donde vive por más de 20 años. En un comienzo estuvo muy sola, cayendo en el alcohol. Luego, conoce a Fal de Saint Phalle, un francés, con quien se casa en abril de 1944 y juntos tienen una hija, a la que llaman Brigitte, mismo nombre de la protagonista de la segunda novela de Bombal. Con Fal comparte 27 años de matrimonio. Durante esta época María Luisa sigue escribiendo. Publica su novela La historia de María Griselda y, trabaja para la UNESCO. Pese a llevar varios años fuera de Chile, nunca renuncia a su pasaporte, lo que restringió sus posibilidades de recibir premios en los países donde había desarrollado gran parte de su carrera. Definitivamente en su Patria Volvió a Chile en varias ocasiones. En diciembre de 1969, muerto su marido, parte a Buenos Aires, donde estuvo hasta 1973. Ese año, vuelve a su patria para quedarse de manera definitiva. El año 1976, publica su obra inédita La historia de María Griselda, con la cual obtiene el Libro de Oro entregado por la Agrupación de Amigos del Libro. En 1977 se le otorga el Premio Academia 1976, por su adecuado uso del idioma castellano. El 28 de enero de 1978 el Ministerio del Interior dicta un decreto mediante el cual se le entrega una pensión de gracia, en consideración a su gran aporte a la cultura. A fin de ese mismo año, recibe el Premio Joaquín Edwards Bello, dedicado a los grandes literarios de la V Región. Su sufrimiento y adicción al alcohol terminaron por debilitar su salud. María Luisa Bombal muere sola, víctima de un coma hepático, en una sala común del hospital Salvador el día 6 de mayo de 1980, sin haber obtenido el Premio Nacional de Literatura. El atardecer de hoy fue violento, nubes grises y pesadas cubrieron el cielo, haciendo estéril el poco esfuerzo del sol por iluminar los rincones de esta casa, que poco a poco se ha transformado en una fortaleza inexpugnable de los sueños (mis sueños). El peso de la noche se volvió agobiante, el viento se detuvo y en el ambiente quedó flotando un silencio frío como el de las salas de hospital, la ausencia lo colmó todo. Y yo, como hace mucho tiempo, comencé a desesperarme, mi frágil estabilidad desapareció y comencé a encender todas las luces que encontré en cada habitación, en un circuito demencial e interminable (interminable como la cantidad de cuartos que hay acá). Busqué algo o alguien que me diera cierta esperanza, pero como nunca esta casa se encontraba vacía, quizás como reflejo de mi alma, carente de esperanza y de iluminación. Me inventé cuestiones mentales y pensé en la tierra, en las profundidades, en la humedad e intenté ser optimista, pensé en la semilla que espera en el interior de la oscuridad el día en que verá la luz, el día de la germinación; pero me percaté que nuevamente me engañaba, que no había optimismo en mí, que existen vacíos enormes y que el sufrimiento, a veces, puede ser perpetuo. Siempre admiré a las personas que pueden llorar, porque pienso que se purifican a sí mismos desde el interior, cuestión imposible para mí, sobre todo en este estado de sequedad absoluta en que me encuentro. Seguí buscando en cada rincón, en cada habitación y de pronto un chispazo iluminó mis pensamientos, fue un aroma, un aroma reconocible; pero olvidado. Provenía del fondo del pasillo del segundo piso, me apresuré, pero la última puerta (la de la esperanza) cada vez se veía más lejana, tras un largo camino (de horas, quizás días) terminó y el aroma se hizo desagradablemente intenso, recién en la sobrecarga de él lo reconocí, era de pólvora. Cuando abrí la puerta me encontré con una frágil figura sentada a la mesa, su palidez y su cabellera negra la hacían parecer a una mezcla de ángel y hechicera, me sonrío con una mueca melancólica. En la mesa se encontraba un revólver, un par de copas y una botella de whisky recién abierta. Me invitó a tomar asiento y dijo que ella también había sufrido, mientras corría el cuello de su chaleco y me mostraba una cicatriz en su clavícula, y que no hay cura para la tristeza y menos para la melancolía, y por cierto, mucho menos para la nostalgia de la nostalgia. Su voz me hipnotizó, así como la fuerza de sus palabras, me senté frente a ella y recién ahí me percaté que era María Luisa Bombal, la abeja de fuego (como la llamaba Neruda), pensé en huir; pero ya era demasiado tarde, el destino y el sufrimiento son implacables. Rara, como encendida María Luisa Bombal Anthes nació en el Paseo Monterrey de la ciudad de Viña del Mar, Chile, el día miércoles 8 de junio de 1910. Fue la hija mayor del matrimonio conformado por Martín Bombal Videla y Blanca Anthes Precht. La patria de la estrella estaba en pleno apogeo para celebrar el centenario de la nación y un niño de 6 años llamado Claudio Arrau deslumbraba a los chilenos enfundado en su pequeño traje blanco detrás de un piano. Su familia aristócrata veía nacer una nena que derrumbaría las buenas costumbres de su clase acomodada y que a la larga cambiaría el perfume francés por el de la tinta y de la pólvora (aunque ella siempre mencionaba que era descendiente del tipo que mató a Chejov), así como también la educación para el matrimonio por la bohemia. Algunas crónicas señalan que desde muy niña fue una apasionada por la literatura, y cada noche al acostarse tenía que oír algunos cuentos de Hans Christian Andersen o de los hermanos Grimm para poder conciliar el sueño. En el Colegio de Viña del Mar, donde estudiaba, escribió su primer poema con apenas 8 años (de nuevo el lastre poético de los chilenos), titulado LOS COPIHUES BLANCOS, seguramente de imágenes extraídas de sus vacaciones en el fundo de los Möller en Malleco. Su vida estaba llena de fantasía y literatura, el cielo y la brisa marina la acompañaban, ella vivía sin preocupaciones hasta el día de la muerte de su padre en 1919. En ese instante la pesada realidad la aplastó y no la dejaría nunca, aunque más de una vez intentó volver a los sueños y esperanzas, ésta siempre aparecía a la vuelta de la esquina transformada en un ángel negro que se apoderaba de ella. La brutal ausencia obliga a su madre a dejar Chile en 1923, con María Luisa, de 12 años y sus hermanas, trasladándose a vivir a la ciudad luz donde conocería la impronta surrealista que se gestaba a partir del psicoanálisis y de la magia escandalosa de los dadaístas que ponían fin a su lucha sólo para mutar. Además lee, en esa época un libro que la impactaría como ningún otro, VICTORIA, del noruego Knut Hamsun. En París estudia en el Colegio del Convento de Notre Dame de l'Assomption y luego en el Colegio Sainte Geneviève, luego termina su educación secundaria e ingresa a estudiar Latín y Letras en la sacrosanta Universidad de La Sorbona en 1928, con apenas 18 años, en esa institución culmina su carrera, obteniendo un certificado de Literatura Francesa, con una tesis sobre Prosper Mérimée (el mismo de la ópera Carmen de Bizet). Su intención era seguir con Literatura Hispánica, pero al Latín lo aborrecía tanto que dejó los estudios. En ese intertanto su madre se vuelve a Chile junto a sus hermanas y ella queda bajo la tutela de José Eyzaguirre y Juanita del Carril. María Luisa Bombal en París En su época de estudiante, se podría decir que llevó una vida dual: por una parte rendía en los estudios formales como una mujercita aparentemente débil, retraída y tímida, pero al mismo tiempo se inmiscuía en los círculos literarios de la vanguardia francesa, entre poetas, pintores, fotógrafos, actores (estudió teatro con Charles Dullan y fue compañera de Antonin Artaud y Jean Louis Barrault) y músicos que sólo querían crear, crear para dominar, dominar para cambiar el mundo, todo hacia el modernismo, todo hacia al arte. En ese ambiente se enteró que el "Rey de Chile", el poeta Vicente Huidobro se encontraba en la ciudad luz, intentó conocerlo, pero Huidobro siempre se movía más rápido que los demás, pero en ese intento un día queda cegada por una luminosa mirada, se encuentra frente a frente con Teresa Wilms, su mirada melancólica no la deja indiferente, un amigo le advierte que es chilena igual que ella, la ve alejarse, sin saber que le seguirá sus pasos desde muy cerca, demasiado, diría yo. Empapada de la fuerza avasalladora que permite el arte regresa a Chile convertida en una bomba de tiempo que a la larga explotaría salpicando letras, desazón y balas por doquier. En 1931 se embarca mirando el horizonte en el puerto La Rochelle a bordo del trasatlántico "Reina del Mar" con destino a su patria, ella convertida en una soñadora mística con 21 años, 162 centímetros de altura y 50 kilos, se encuentra a su llegada al puerto eterno de Valparaíso, con su madre, sus hermanas Blanca y Loreto, y además un hombre fornido, de estatura considerable, con mirada profunda llamado Eulogio Sánchez Errázuriz, de 28 años, quien se convertiría en su gran amor, su gran desamor, su víctima y su victimario. Tus ojos negros que tanto adoré Eulogio Sánchez Errázuriz era un ingeniero civil, separado de hecho, que tenía entre sus parientes a dos presidentes de la república, y se había convertido en heredero de una gran fortuna. Tenía una relación profunda con el aire, ya que fue uno de los pioneros de la aviación en Chile (nunca a la altura del teniente Bello, pero algo es algo) además de un profundo amor por el orden establecido, especialmente si ese orden lo favorecía, bajo esa idea funda las Milicias Republicanas, un organismo político paramilitar de la derecha oligárquica chilena de la primera mitad del siglo XX, que llegó a tener, en la década del 30, a más de 50.000 miembros dispuestos a verter su propia sangre para mantener a sus patrones con los privilegios de su clase (suena a discurso marxista, pero en fin). Aún me es inexplicable cómo esa mujer de espíritu libre y mirada profunda se enamora de él (serán las cosas del amor que prefiero no entender), pero así sucedió, ella lo imaginó en su avión surcando el espacio infinito mientras las hojas de otoño que levantaba envolvían su alma y se perdió en su sombra y sintió que el amor la envolvía desde lo más profundo de su ser y se entregó como un antílope cansado en las garras del felino. Hay mujeres que sueñan amores clandestinos, ella no, quería todo, no sólo la adrenalina. Nadie tiene claro cuáles fueron las intenciones del aviador para con la mujer, pero sí se tienen claras las de ella: recorrer el cielo con él, para siempre. Pero llegó el momento en que la realidad se hizo cargo de la situación y Eulogio comenzó a distanciarse, primero sutilmente, para luego llegar a la indiferencia más cruda, cuestión que destroza a la escritora que con obvia obsesión comienza a buscar situaciones que le permitan estar cerca del hombre, reuniones sociales, invitaciones a la fuerza, aparte de las toneladas de cartas que le escribe, etc. Es así, que un día se encuentra en una comida en el departamento de Eulogio y sin pensarlo se disculpa en la mesa y se dirige al baño, un fantasma negro se apodera de su alma (no va a ser la primera vez) y cambia la dirección y se dirige hipnotizada al escritorio del aviador, ahí encuentra un par de fotografías de otra mujer y un revólver, toma el arma y se dispara en el cuello, ahí cae y observa la mirada atónita de los concurrentes cuando corren a ver qué sucede, ella está en el piso y una mancha de sangre comienza expandirse hasta los zapatos de su amado. María Luisa se salva, pero queda marcada con una cicatriz cerca de su clavícula y con una mayor en su espíritu, hasta el final de su vida cada vez que se refería a Eulogio sentenciaba: "Me arruinó la vida, pero nunca pude olvidarlo". En el fragor del champán, loca reías por no llorar Cuando logra recuperarse (físicamente) decide partir del país ya no hay lugar para ella acá, Chile es sinónimo de Sánchez. Si bien había interactuado con el ambiente artístico criollo, llegando a conformar la Compañía Nacional de Dramas y Comedias dirigida por Luis Pizarro Espoz, junto a Marta Brunet, actuó en el Teatro Carrera el 4 de noviembre de 1932, y se percató que las tablas no eran para ella ni ella para lo histriónico. No se inmiscuyó lo suficiente en el meloso ambiente. Es en Buenos Aires, ciudad a la que viaja en 1933, donde el arte se transforma en su destino, allá con unos tangos y unas copas de ginebra la espera su amigo Pablo Neruda, quien ha sido nombrado cónsul y le da cobijo en su casa junto a su primera mujer, la holandesa María Antonieta Hagenaar. Con Neruda se sintió en la manada, él le enseña el mundillo intelectual de la ciudad y la pasea por Palermo, Florida, Caballito, la Recoleta y otros barrios bohemios de la ciudad de ese entonces y cada vez que la presenta lo hace con el título de "abeja de fuego" (también la llamaba "Mangosta", "María piojo" y "Madame Merimée"). En ese recorrido nocturno conoce a Federico García Lorca, Leopoldo Marechal, Oliviero Girondo, Luigi Pirandello, Alfonsina Storni, Gonzalo Losada, a la mítica y respingada Victoria Ocampo, creadora de la revista SUR y al gran Jorge Luis Borges, con quien entablaría una intensa amistad, siendo invitada cada semana a cenar a la casa de la madre del notable "miope que ascendió a la categoría de ciego". También entraría a la ronda Matos Rodríguez, el autor del nunca bien ponderado tango "La cumparsita", este creador era un mujeriego de tomo y lomo, y le clavó los ojos a la chilena y ella, coqueta siguió el juego, sin darse cuenta de que en algún momento dejó de serlo y son sus amigos quienes la vienen a rescatar del lobo cuando ésta ya estaba dentro de su auto con destino al muelle. También se cuenta que en casa de los Borges, tuvo un incidente con el español Guillermo de Torre, marido de Norah Borges, quien como buen crítico del viejo mundo era un eterno defensor de la superioridad de los escritores españoles por sobre los latinoamericanos. Esa discusión al fragor de la ginebra obligó a de Torre a leer en voz alta un libro de Azorín mientras Borges y la Bombal reían en silencio. Por un instante el crítico español los dejó y los escritores comenzaron a corregir a Azorín directamente, con lápiz, sobre el libro. Cuando de Torre se percató, armó un escándalo descomunal, ya que el libro corregido se lo había regalado con una dedicatoria el propio autor. Pasó días buscando a los culpables y ellos pasaron días huyendo como niños después de una travesura. María Luisa realmente se ha convertido en una abeja de fuego, su sentido del humor presto y ácido era el deleite de sus amigos, su risa fuerte y fácil contagiaba y se oponía a los tangos que deambulaban con las orquestas de la guardia vieja. Ella, luego de que Neruda es nombrado cónsul en Barcelona, comienza a vivir sólo con una fotografía del vate, una gaviota que colgaba en la pared, la cual sacaba y se la prendía en el hombro cada vez que salía y el alcohol, amigo recurrente que le ayuda para aplacar el frío de la nostalgia, en una céntrica pensión en la calle Ayacucho En 1933 se casa con su amigo del alma, el pintor argentino Jorge Larco (una apuesta más que arriesgada), en una especie de contrato peor que el matrimonio, donde cada uno vio la compañía cómplice del otro, obviando el amor, la pasión y el desenfado. Más tarde ella misma diría sin eufemismos: "Sin interés amoroso, me casé con un homosexual, artista, pintor, confiando en un ilusorio compañerismo..." Larco fue un pintor de la farándula y aparte de socializar "profundamente" con Federico García Lorca, fue quien pintó y decoró todas sus puestas en escena en Buenos Aires. El mismo dijo alguna vez: "He conocido dos personales geniales en mi vida: Federico García Lorca y María Luisa", pero el matrimonio no pudo desarrollarse, porque cuando no hay pasión nada persiste, nada sobrevive y ahí se vieron un día, uno contra el otro, sólo con una pared blanca de fondo en el departamento de calle Juncal y comenzaron los reproches, incluso los celos (al fin y al cabo era un matrimonio, sui generis , pero matrimonio). María Luisa Bombal. Obra de Jorge Larco. Como era de esperarse, termina separada del pintor, que comienza en 1937 una escandalosa separación con juicio y todo. Ante el escándalo y el temor a las represalias, el propio abogado de la Bombal le regala un arma para que se proteja, sin siquiera sospechar que esa arma en el futuro liberaría de su cañón las obsesiones y frustraciones más grandes de la mujer. Pero sí había pasión en ella, y era por las letras y el fragor de la creación la recorre por completo, es así que en el verano de 1935 escribe su primer libro, en la cocina de Neruda: LA ÚLTIMA NIEBLA, una creación ovacionada por la crítica trasandina que posiciona a la Bombal como una literata de las importantes en ese momento en Buenos Aires, esa edición está ilustrada por Jorge Larco. Luego, el 21 de abril de 1938 aparece su segundo libro, LA AMORTAJADA, una sutileza del desencanto y de la pesadez de sus palabras; en 1939 aparecería EL ÁRBOL y LAS ISLAS NUEVAS. María Luisa está en el pináculo de su carrera, pero siente que le falta algo (hasta morir sintió lo mismo) e intenta llenarlo con una nueva relación, esta vez con un médico llamado Carlos Magnini (62 años), un hombre mayor que ella (29 años), muy culto y muy adinerado, sin dudas buscaba la estabilidad por sobre todas las cosas (que ilusa), pero ella siempre estaba pendiente, con el rabillo del ojo, de su gran amor, Eulogio. José Bianco, editor de la revista, le solicita a la Bombal escribir un artículo para la revista SUR sobre la película argentina PUERTA CERRADA, consciente de su amor por el cine; ya que con Borges eran asiduos visitantes de las salas porteñas. Fue tan bueno el artículo que ese número de la revista se agotó con inusitada celeridad y Luis Saslavsky, director del film, le pide que le redacte el guión de su próxima película. Libertad Lamarque, la novia de América, protagonizaría la obra LA CASA DEL RECUERDO escrita por María Luisa y estrenada en marzo de 1940, obra que según los estudiosos del cine argentino es una de las que rompe con las tendencias criollo-realistas imperantes hasta ese momento en el género trasandino. Ese mismo año, en agosto, decide viajar a Chile y comienza a escribir LA HISTORIA DE MARÍA GRISELDA. En su país cae enferma de difteria, en sus lecturas matutinas del periódico se enfrenta a su peor temor, ve a Eulogio en una fotografía acompañado de su esposa, en su regreso de su estadía en Estados Unidos. Las lágrimas se transforman rápidamente en rabia, que logra controlar, para llamar a Magnini a Buenos Aires y sentirse protegida, pero su sino es sufrir, y el médico como torbellino no deja que ella pronuncie ni una sola palabra, le cuenta que ha conocido a una mujer con la cual se ha casado hace quince días y le desea mucha suerte en el amor y en el vida. Ella queda inmóvil y hace como si nada hubiese ocurrido, en el fondo de su alma recorren los recuerdos por ríos putrefactos que necesitan liberarse, es así que fríamente planea su propia purificación. Hoy vas a entrar en mi pasado María Luisa ha adquirido otro mal hábito, desde el juicio con Larco, al igual que la mujer de la canción "Pedro Navaja", porta un arma en su bolsillo. El calor de ese 27 de enero de 1941, hace más lentos sus pasos y mucho más medidos; sin embargo ellos la llevan con certera precisión a la esquina de las calles Agustinas con Bandera, a las puertas del Hotel Crillón de Santiago de Chile (el ángel negro de nuevo la cubre), a las cinco de la tarde luego de beber un cointreau , la figura del aviador está frente suyo, él apenas la reconoce, han pasado 8 años que no cruzan una mirada, ella saca el arma de su bolsillo y apunta con la frialdad del francotirador (aunque no con la experiencia). El primer balazo fue por su falta de visión; el segundo, por su traición y el tercero, por el olvido. Eulogio Sánchez queda tendido en el piso y su sangre comienza a cubrir todo hasta los zapatos de la mujer, quien se acerca pensado que la muerte es la recompensa que se merece porque nadie podía tener la arrogancia de olvidarla, es lo que se merece, la muerte. Eulogio la observa con horror y la recuerda. La policía llega para detener a la pistolera y ella se entrega orgullosa gritando: "¡Yo lo maté!" Cuestión errada porque el aviador no muere y es trasladado en un automóvil particular a la Posta Central de la Asistencia Pública donde termina recuperándose, pero llevaría para siempre, como recordatorio, una bala en su pierna derecha. Casi tres meses estuvo detenida, hasta el 4 de abril, fecha en que se le es otorgada la libertad provisional y luego, en un acto para redimir sus pecados, Eulogio la absuelve de toda culpa, y sale absuelta del proceso recién el 21 de octubre del año mencionado. Para no caer nuevamente en la tentación de la pólvora decide huir otra vez del país. Esta vez hacia el norte, al "país de las oportunidades". Antes de partir con la novela LA AMORTAJADA gana el Premio Municipal de Literatura de Santiago en 1942. Tres cosas lleva mi alma herida: Amor, pesar, dolor... En 1942 se traslada a California para luego viajar a Nueva York donde decide darle un rumbo estable a su vida, como queriendo no aceptar que la inestabilidad es un don también (aún quedan mujeres que deben aceptarlo), y se casa el día 1 de abril de 1944 con un conde, el francés Rafael de Saint Phall, 25 años mayor que ella, a quien había conocido en una lujosa fiesta en el Waldorf Astoria de Nueva York. De este matrimonio nacería la única hija de la escritora, Brigitte, a finales de ese año. En esa pseudo tranquilidad comienza a trabajar para la UNESCO, escribiendo guiones y libretos; y empieza a laborar en el doblaje de producciones Hollywoodenses como THE CLOCK donde hace la voz de Judy Garland. En esta época también comienza a inmiscuirse en la dramaturgia y hasta la Paramount Pictures, en 1947 (según algunas publicaciones esto sucede en 1955), se entusiasma con su trabajo comprándole los derechos de la novela HOUSE OF MIST, la cual es una adaptación de la ÚLTIMA NIEBLA, para llevarla a la pantalla grande, pagando la sideral cifra de USD 125.000. A la larga las páginas quedarían olvidadas en algún escritorio, ya que la película nunca se hizo, aunque John Huston, director del proyecto, había convocado a Laurent Bacall y Humphrey Bogart (quienes terminaron casados) para los roles protagónicos, pero el peso del "macartismo" (alías la caza de brujas) comandada por el senador Joseph R. McCarthy, quien veía "rojos" hasta en el baño y se caracterizaba por su xenofobia, impidió llevar a cabo el proyecto. También publica en la revista NORTE de "yankeelandia" LA HISTORIA DE MARÍA GRISELDA con ilustraciones de Mario Carreño (ya hablaremos de él) en 1946. En 1957 recibe una dura noticia, Gabriela Mistral, con quien había entablado una buena amistad desde Buenos Aires, había fallecido en Los Ángeles. Ella viaja de inmediato y se encuentra con el féretro y la poetisa más seria que nunca dentro de él, ahí se entera de los malos tratos que le dieron sus empleados en los últimos años de su vida, sin que la Embajada Chilena hiciera algo. En diciembre de 1969 queda viuda y decide dejar estados Unidos, en su estadía ha hecho la traducción de LA AMORTAJADA (THE SHROUDED WOMAN), y ha escrito LA MAJA Y EL RUISEÑOR (1960), MAR, CIELO Y TIERRA y LAS TRENZAS. Y parte con rumbo nuevamente a Buenos Aires en 1971 (para ella Argentina y Chile eran un mismo país) donde se queda hasta el 26 de agosto de 1973, fecha en que decide probar nuevamente llevar su vida en Chile y se traslada con todas sus pertenencias a la Ciudad Jardín (léase Viña del Mar), donde comienza a sentir la dureza del olvido que nos caracteriza a los chilenos. En ese contexto nunca recibe el Premio Nacional de Literatura, por esas razones inexplicables que sólo suceden en nuestro país (repito, "el famoso pago de Chile"). A estas alturas el fastidio la abruma por completo, aparte de los recuerdos, traía una afición tremenda por el alcohol, que se transformará en su cruz una y otra vez: del whisky pasará a la ginebra y de ésta al vino blanco, para volver al whisky y luego al vino... En Chile no pudo retomar la pluma y su obra CAÍN no vería la luz, al igual que la novela que tenía a Diego de Almagro como protagonista; pero ya no importaba, María Luisa le había regalado a la literatura universal obras mágicas para el deleite y desazón de todos nosotros. A estas alturas Eulogio Sánchez, el nunca olvidado, quien se había casado y enviudado quizás de la única mujer que amó, muere en un accidente en 1956. El avión que surcaba el infinito no resistió el viento otoñal que logra lo que el arma de la Bombal no pudo. En 1974 obtiene el Premio Ricardo Latcham y recién en 1976 publica la novela LA HISTORIA DE MARÍA GRISELDA con la cual obtiene el "Libro de Oro" entregado por la Agrupación de Amigos del Libro, en el año 1977 obtiene el Premio Academia Chilena de la Lengua, luego vendría el Premio Joaquín Edwards Bello, el 22 de diciembre de 1978. Pero el Premio Nacional de Artes no se lo dieron jamás, es más el trastornado de Braulio Arenas emitiría una de las frases más repulsivas de la historia de las letras chilenas: "¿Cómo quieres tú que le den el premio a una mujer asesina y borracha?", sin comentarios. La vergüenza del "pago de Chile" llegó a tal punto que el Ministerio del Interior comandado por Pinochet (era derechona la Bombal) decretó una pensión de gracia en consideración por su gran aporte a la cultura, a esas alturas sus libros habían sido traducidos al francés, inglés, japonés, sueco, italiano, alemán, portugués y checo. Últimas fotografías de María Luisa Bombal. Febrero 20 de 1980. María Luisa Bombal pasa sus últimos años en la casa de reposo de su sobrino Héctor Precht, tiempo en el que profesionaliza su adicción al alcohol, cuestión que la obliga constantemente a frecuentar el hospital por crisis hepáticas y el delirium termens , a veces, le impedía inclusive abrir los grifos de agua por temor a que le salieran leones a devorar su alma. Uno de estos viajes, como era de esperarse, se transforma en el último y muere sola, como nunca quiso estar, en una fría sala del Hospital El Salvador, el día martes 6 de mayo de 1980 a las tres con veinte minutos de la madrugada, pronta a cumplir los 70 años de edad. La razón, un coma hepático que desemboca en una hemorragia digestiva. Fue enterrada como ella deseó, con un vestido rojo, rojo furioso, el cual se lo envía su hija Brigitte desde el país de norte, a estas alturas se ha convertido en una destacada matemática y aviadora (el destino) y en una mujer distante del apego de su madre, desde lejos observó su vida. María Luisa contribuyó también a eso, porque al igual que su madre no fue muy querendona, y Brigitte estaría en su infancia con una institutriz para luego estar bajo la custodia a ratos de su tía Blanca Bombal y luego, a los 17 años, comenzar una vida independiente y lejana. Hoy los que sentimos nostalgia de la nostalgia, la recordamos, porque ella es nuestra heroína, nuestra musa. La que es capaz sólo con el peso de sus palabras conmover a tal extremo que te hace desear surcar los aires en bicicleta. Un gran salud para ti María Luisa y espero encontrarte en algún avión viajando hacia el infinito, hacia la eternidad, hacia "un para siempre", yo por si acaso llevo paracaídas y chaleco antibalas. ---------------------------------------------------------o------------------------------------------------------------------------------- ..... Nací el 8 de junio de 1910. El primer cónsul alemán en Santiago fue mi bisabuelo y su apellido era Precht. De modo que, por mi madre, venimos de los alemanes de Valparaíso que después, como tú sabes, se fueron a Viña del Mar. Mis ancestros eran hugonotes franceses que emigraron a Alsacia y el tipo que mato a Chejov era pariente nuestro... Amado Alonso siempre me hacía bromas respecto a esto y yo le contestaba "¡Pero qué culpa tengo yo!"... Por el lado de mi padre, los Bombal llegaron a Chile huyendo de la dictadura de Rosas... Muchos años después me impactó la dictadura de Rosas, pero, en la niñez, las historias de su crueldad eran una leyenda para mí (canta) "Ibamos a aunarnos / nos traicionó / y en la victoria / se quedó". ....... Nací en el Paseo Monterrey, era precioso, ¡lindo!, todo cubierto de madreselvas, los señores se paseaban conversando y veíamos el mar y os barcos que pasaban... ¡Viña era una maravilla!... El otro día, hace como un año, fui y casi me desmayé de asco, todavía está la casa de mi niñez, pero todo pavimentado, con los autos allá arriba y una estación de servicio en la esquina donde vivían los Segnoret. En esa época, Viña era la ciudad jardín, ahora le llaman la ciudad jardín, pero están muy equivocados. Claro que yo no puedo decirlo porque me llaman antipatriota... ¡Ya lo han dicho bastante! Los niños íbamos todos los días a jugar a la playa, como paseo de familia... El Neno Dittborn, Eugenio, era precioso. Una vez lo robamos con mis hermanas y lo escondimos en nuestra casa porque hablaba tan lindo. Nosotros hacíamos castillos de arena y el Neno hablaba, los inauguraba, por eso lo adorábamos... él era más chico que nosotros, debe haber tenido unos cinco años cuando lo robamos, pero lo increíble es que ya adulto todavía se acordaba... ¡Fue una época feliz! .......Como a los 8 años, escribí mis primeros poemas que eran muy malos. A la luna, a un canario y unos versos que elogiaban los copihues blancos. Cuando se lo mostré a mi tío Roberto, él dijo: "Ay, esta niñita ¿por qué no escribe sobre los copihues colorados? ¡Qué lata! ¡Copihues blancos! ¡Qué tontería! ¡Qué desabrido!", pero, para mí, hasta ahora, los copihues blancos y la lluvia son la verdadera acogida del sur... Mi padre murió cuando yo tenía nueve años, era su hija predilecta y un tío decía que, si al retrato de mi padre le sacábamos el bigote, era igual a mí. Mi madre nos leía los cuentos de Andersen y de Grimm, los traducía directamente del alemán. Nosotros nos sentábamos y ella nos leía de ediciones alemanas, así que crecimos leyendo todo lo nórdico, todo lo alemán, desde chiquitas... más que lo chileno, todo lo nórdico. De modo que nos educamos dentro de esa línea. En "Washington, ciudad de las ardillas", cuento que mi madre nos enseño que todos los sapos son príncipes y llevan una corona en la cabeza y que, debajo de algunos caracoles, a veces se puede encontrar a una sirenita llorando... (permanece en un silencio melancólico). Todo eso viene de los cuentos de Andersen y Grimm que nos leía mi madre, después, en Estados Unidos, conocí a los descendientes de Grimm... Además, como nos educamos en colegios franceses, también conocíamos lo francés. En Viña, las Monjas Francesas y, después, cuando nos fuimos a Francia, en el Colegio Notre-Dame de l'Assomption, que era un colegio archicatólico, ¡dos misas por la mañana!... Ahora, al llegar a Francia, no sufrimos ninguna sensación de desajuste porque era tan bueno este colegio de las Monjas francesas que no teníamos ni acento. Nos tomaban por francesas, siempre francesas. Pero nosotros manteníamos el castellano en la casa y además en la escuela, que era un internado, había muchas alumnas españolas de familias aristocráticas. ....... Un libro que me impresionó mucho, yo creo que es el único que me ha inspirado profundamente, lo habré leído a los catorce años porque me lo dio mi primo Antonio Bombal que era muy poeta, muy escritor, pero nunca publicó nada, es Victoria, de Knut Hamsun, noruego. Eso sí que me ha inspirado toda la vida, creo que fue la base. Si yo tengo alguna influencia fue eso, claro que después lo he releído y lo encuentro mucho más materialista que yo, matter of fact. Me impactó tanto porque es la historia de un desencuentro, ellos dos nacieron para amarse, pero, por la situación social, nunca se dicen nada. Como te digo, después lo he vuelto a leer y me parece que es más realista de lo que yo pensaba en esa época. También me impresionó mucho María, de Jorge Isaac (empieza a reír divertida), ¡qué romántico!, ¡con qué amor se miraban! y cuando el pobre Efraín supo de la muerte de María... .......¡Ah! Se me había olvidado contarte que de niña en Chile pasaba mis vacaciones en Malleco, en el fundo de los Möller, ¡era tan lindo!, también a los ocho años empecé a estudiar violín con Paco Moreno, quien decía que yo tenía muy buen arco, pero me pilló que tocaba de memoria porque la cabeza nunca me dió para la música, igual que Brígida en El árbol. Después ya no estudié más violín, o era la literatura o la música, no se pueden hacer las dos cosas. .......A los diecisiete años, escribí una tragedia de amor y se la mostré a Ricardo Güiraldes, que era muy amigo de mi familia y él, desde entonces me empezó a llamar "colega", ¡imagínate! Algo increible es que en esos años en París, yo iba a la misma iglesia a la que iba quien fue mi marido con sus hijos, que tienen la edad mía... Y, a los dieciocho, entré a la Sorbona donde obtuve un certificado de literatura francesa. Yo quería seguir con la literatura hispánica, pero, para eso, debía ingresar al programa de literatura comparada y ahí exigían el latín... ¡qué lata!... ¡el latín me pareció insoportable! y por eso no soy licenciada en Letras. Ya en el liceo leí a Pascal que también es muy lógico, y cuando yo era joven, ¡era muy lógica!... Fui gran lectora de Paul Valery, aunque ahora hace años que no lo he leído... A Baudelaire y Verlaine sí que los leo siempre, esa música como que me alivia. .........Y leí también a Rimbaud. A mí me comparan con Rimbaud y yo me siento halagadísima, pero me comparan en la parte mala (ríe), porque Rimbaud escribió y después ¡plaaf! desapareció; se hizo comerciante el pobrecito... el niño se desapareció, se metió en la marina mercante y de ahí no salió más... ¡un chispazo y fuera! .......En la Sorbona, mi profesor Ferdinand Strowski nos hizo escribir un cuento a la manera de Perrault y yo escribí un cuento muy misterioso. Se trataba de un hombre con un sentido alegre de la vida que llegaba silbando a una habitación. Y así estaba, muy contento, cuando empezaba a sentir la presencia de alguien detrás de una cortina, presentía a alguien. Entonces él le hablaba, pero no podía nunca ver a esa presencia que él amaba... "¿Por qué es usted tan trágica?", me preguntó Strowski cuando me entregó el primer premio. No le contesté nada, pero era la imaginación que se adelantaba a lo que yo era. .......Cuando uno es joven le atrae lo trágico, ahora tengo una pena inmensa, pero quiero apartarme de lo trágico; es bastante trágico ya no saber qué le va a pasar a uno, qué es lo que va a venir. Yo tengo bastante fe, pero me da mucho susto... Cuando uno no ha sufrido la tragedia, uno se queda admirada como ante una maravilla, igual que en la Biblia. Uno siente que hay algo superior, cualquier personaje es trágico para bien o para mal. La tragedia es un desafío a Dios, hay una comunicación con algo superior que castiga o recompensa. Hay como un mensaje del otro mundo, del más allá. La Margarita de Goethe a mí me producía una profunda tristeza, pero ella no es trágica, sufre un drama romántico, yo diría. El desafío está en Fausto, Margarita me inspira tristeza, es drama del corazón, pero no terror, como la música de Wagner. Thomas Mann me latea, demasiado concepto y teoría sobre las personas. Me lo he leído todo, pero me latea, lo encuenro aburrido. En al Montaña mágica, los personajes son todos inventados para que discutan... En cambio la tragedia, ese desafío a Dios me sobrecoge... La religión ha jugado un papel importante en mi vida, aunque he estado muchos años peleada con El; y así me castigó no más. Pero yo estaba amargada y después, El se puso más generoso conmigo... .......En París, también estudié arte dramático con Charles Dullin, lo hacía escondida. Mi mamá se vino y yo me quedé en París con mis tíos, vivía en un pensionado, pero pasaba los fines de semana y las vacaciones con ellos. Tú comprendes que en esa época meterse al teatro era de lo peor... Entonces Dullin utilizaba a sus alumnos de la escuela para salir a escena a hacer papeles menores, por ejemplo, entrar y decir "La comida está servida" (tono teatral) ¿comprendes tú? (ríe) El hijo de don Quijote se llamaba la pieza, todavía me acuerdo del nombre, entonces yo vestida pasaba con una bandeja, unos amigos de la familia estaban entre el público y fueron a decirle a mi tío Pepe. Al otro día mi tío fue y me volvió a ver salir a escena, ¡qué escándalo! Mi tío, muy serio, me llamó y me dijo "María Luisa, te sales del teatro ahora mismo y le escribiré a tu mamá diciéndole que, de ahora en adelante, no nos hacemos más responsables de ti". Así que por eso renuncié al teatro, pero, en el fondo, renuncié porque no era mi vocación. .......En esos años estaba Huidobro en París con la chiquilla Amunátegui, no se habían separado todavía, pero no lo conocí porque casi todos los amigos nuestros eran franceses. A quien sí que conocí fue a la Teresa Wilms, la mamá de la Silvia y de la Chepa. La Chepa era una fregada, se peleaba mucho con su mamá, así como yo con mi hija. La Teresa era de la edad de mi madre, de la generación anterior. Don Guillermo, taaan alemán... Era una familia muy rara, imagínate que en una taza de té, el mozo servía vino... (ríe). .......Mi tío siempre nos llevaba a conferencias, no me acuerdo cómo se llamaba esa sociedad iban todos los escritores famosos a dar conferencias... Y ahí fue donde conocí a Paul Valery, él leyó un poema en que tenía que silbar y muy serio empezó "Les temps, les temps" y cuando trató de silbar, no podía y nos largamos todos a reír y él también rió... ¡Amoroso! ¡Muy divertido! Ahora yo no alcancé a conocer a André Breton y los escándalos de los surrealista. Todas esas cosas eran ajenas a los estudiantes, ¿comprendes?, totalmente ajenas... no nos importaban un pito, nos importaban los textos ( tono doctoral ) nada más... Todo lo moderno, no. Sólo conocí a Breton y a otros artistas modernos en los Estados Unidos. .......Cuando regresé a Chile en 1931, sentí una gran alegría, estaba muy contenta yo. Inmediatamente me conecté con los intelectuales, con Marta Brunet, con Pablo y Barrenechea. De repente, entonces pasé al mundo de los intelectuales, así que no sufrí el cambio porque todos estaban muy unidos con Francia también. Ese año se produjo la caída de Ibañez y desfilé con ellos porque mataron a un médico a las cuatro de la mañana porque había toque de queda... y el pobre iba a atender a un moribundo. Entonces se hizo esta enorme manifestación y desfilamos todos, yo era muy jovencita... Eso fue lo que hizo renunciar a Ibañez porque vio pasar a todo Chile. Ahora yo tenía conciencia sin saber qué significaba una dictadura; pero veía que vivíamos como en la cárcel... la gente vivía muy hostilizada, sobre todo en Viña, como que tuvieron que retirar a los carabineros, eso yo lo vi... Pero mi compromiso era de tipo moral, no político, y en eso coincido con la actitud de Borges. Además, pensaba que la política era cosa de hombres. "¡que se ocupen ellos!, a mí me gusta este árbol, este río, voy a ir a la estancia, voy a ir a un concierto... ¡que se frieguen los hombres!... ellos matan... yo me dedico a otras cosas... " En Chile no vi la pobreza, ahora creo que la vería, y en Argentina tampoco, el mayordomo que se ocupaba en la estancia de cuidar la puerta, nos invitaba a tomar té y en Chile, las empleadas nos trataban muy bien y la gente del campo sacaba a los niños a pasear a caballo. .......Partí a la Argentina en 1933 y me fui a vivir a la casa de Pablo Neruda, que estaba casado con Maruca, él era cónsul de Chile. Pablo no iba a ninguna parte sin mí y su mujer, pero ella se aburría tanto, fijate, que en las reuniones sociales pedía permiso y se recostaba. Pablo corría a taparla... Así que yo era la compañera de Pablo y así conocí todo el ambiente artístico, hasta al propio Matos Rodriguez. ¡Uy!, ¡las peleas que teníamos con Matos!... Un día le dije que era un macró, cafiche quiere decir eso en frances; él, muy sorprendido, me preguntó por qué y yo le contesté (ríe) que porque vivía de la Cumparsita, de la che Papusa y de la muchacha del circo... "Pero ¡por qué eres tan agresiva!", replicó... Matos Rodríguez me hizo bastante la corte, era un Don Juan y nunca le faltaba una querida. Una vez me invitó a su fundo en el Uruguay y yo, tan bruta, me metí en el auto cuando veo corer detras de mí a los escritores. Ya estábamos en el muelle cuando veo que se bajan, corren al auto y me sacan de un ala... Ellos me protegían siempre, parece que en el tal fundo hacían una vida bastante desordenada y los escritores corrieron a rescatarme de la Cumparsita (ríe). ¡Estaba la Cumparsita allá en el fundo! Entonces, después de eso, ya se terminaron mis relaciones con Matos; la última vez que lo vi, fue en el teatro, entró con una rubia altanera, me abrazó, gordo y gigantón como era, y yo le dije: "¡Ay, Matos! y ¿quién es esa rubia?", entonces él me miró y comentó muy serio: "Bueno, no has cambiado". Yo era una tandera en ese sentido, en esas cosas, pero en lo literario siempre fui muy seria, con un gran respeto a la literatura y la cultura. Fíjate que Matos me dijo un día: "¡Oh!, gran escritora, hazme una letra de tango. ¡Ah que no puedes!", y yo, aceptando el desafío, empecé a escribir... "Desandando lo andado / yo vuelvo al pasado..." (ríe). ¡Y hasta ahí no más llegué! ¡No pude seguir! .....En esa época conocí también a Borges, pero él circulaba en un mundo más cerrado, más intelectual. Nuestro grupo era más literario... Oliverio Girondo, Norah Lange, Federico García Lorca, Conrado Nalé Roxlo, Alfonso Reyes... Georgie era de un grupo más intelectual, pero me hice íntima de Georgie... Todos estos grupos eran muy unidos en el fondo, se respetaban entre ellos, no se veían porque se aburrían... A Victoria Ocampo yo no la visitaba porque me aburría... Además yo también tenía mi grupo de filólogos, pues, Henriquez Ureña, ¡Amado Alonso! Como no tenía máquina de escribir, iba al Instituto Filológico, donde me prestaban una. Yo escribía y pasaba mis cosas al final de la mesa mientras ellos hacían su sesión de filólogos, pero me desesperaba... ¡no podía concentrarme!, porque mientras yo trataba de escribir, ellos discutían las raíces de la palabra "ventana" o decían que "cortina" venía de "cortis"; era como que , para caminar, uno primero tuviera que analizar cómo mueve los pies, oye. .....Los escritores de mi grupo eran gente de gran talento, gente vital, no gente de lámpara y vaso de agua, como son los conferencistas (ríe )... me dan ganas de tomar un vaso de vino... Considerábamos que un escritor era un ser de excepción, un ser maravilloso, como persona, como cabeza y como corazón. No nos importaban las faltas que teníamos, y las peleas, no eran peleas, eran discusiones sobre literatura. Ahora, Macedonio Fernández y Alfonsina Storni no circulaban, porque ya estaban muy alto. Alfonsina era profesora y tenía muchas obligaciones. Ya te conté cuando Neruda, como a las cuatro o cinco de la mañana, me hizo que la llamara por teléfono para que viniera al restaurante donde estábamos. Era un lugar bohemio, un ambiente intelectual un poco loco... Y ella me pitó porque me respondió que lo sentía mucho, pero acababa de ponerse el sombrero para salir a hacer clases al liceo... ¡A las cuatro de la mañana! Me pitó, aunque Alfonsina era muy seria. Nosotros admirábamos tanto su poesía... ..... Ahora en cuanto a nuestra relación con la sociedad, todos teníamos una actitud muy humana, pero no comprometida con la política, lo político "na que ver", como dicen aquí... Nos interesaba la gente, ¿comprendes tú? El señor de la esquina que estaba viviendo una tragedia, el hombre que nos venía a dejar un ramo de flores, la señora que cantaba tangos... escribíamos porque nos gustaba hacerlo y nos pagaban bien, pues era una época floreciente en las letras, tanto para los escritores como para los editores. La posición nuestra era muy natural y no vivíamos la carga del compromiso social. Además, éramos muy correctos, excepto cuando se nos ocurría dirigir el tráfico a las tres de la mañana (ríe ). .....Federico García Lorca estrenó sus piezas de teatro en Buenos Aires, y mi marido, Jorge Larco, fue el decorador de todas esas obras... Como un año estuvo en Buenos Aires, después se fue y ésa fue su muerte. Cuando partió, fuimos todos a dejarlo, y cuando el barco se alejaba, gritábamos: "¡Federico! ¡Federico! ¡Federico!" (conmovida). El presentía su muerte, el día que partía estaba muy triste y yo entonces le pregunté: "Pero Federico, ¿que no estás contento de regresar a tu tierra?", y él me respondió: "No, chica, allá van a pasar cosas terribles". Ahora yo no sé si debo contar... esto es íntimo, pero políticamente lo sabía todo, su muerte, claro, no la sabía, pero la presentía. Allí en Buenos Aires, Federico y Neruda se hicieron amigos. Ahora, por Federico, yo conocí a Jorge Larco, en el grupo de pintores, y me casé y ¡así no más me fué! ¡A la semana ya estábamos tirándonos los platos por la cabeza! .....Con Borges paseábamos por el riachuelo, él me contaba lo que escribía y yo le contaba lo que escribía. Una tarde le hablé de La amortajada y me dijo que ésa era una novela imposible de escribir porque se mezclaba lo realista y lo sobrenatural, pero no le hice caso y seguí escribiendo... Después nos íbamos al cine porque éramos locos por el cine y, cuando terminaba la película, nos íbamos a un restaurante donde tocaban tangos. Todas las semanas, yo estaba invitada a la casa de Borges por su mamá. Ya te conté la pelea mía con Guillermo de Torre... Un día que llegué a la casa, la mamá de Borges me dijo: "María Luisa, no cruces la puerta porque Guillermo te anda buscando para matarte..." Una noche que estábamos comiendo, Guillermo se puso a despotricar contra los escritores latinoamericanos. Para él, ninguno de nosotros valía un pito...Borges ya estaba publicando su poesía y yo ya había escrito La última niebla . Entonces, ofendidos, le preguntamos quiénes eran, según él, los buenos escritores, y con su acento tan español, respondío: ¡Azorín! ¡Azorín!", Se puso a darnos una larga lección, subió y trajo un libro precioso de Azorín que estaba hasta dedicado. Y, cuando todos se pararon de la mesa, con Borges nos pusimos a corregir el estilo, como si fuera prueba de galera, con comentarios al margen que decían: "Repetición", "Cambiar adjetivo", "mal gusto", "error de sintaxis", Y, por supuesto, que cuando Guillermo abrió el libro, se puso furioso y me quería matar. .....Por Jorge Larco, conocí a los pintores más destacados de la época. Al gran pintor uruguayo Jorge Figari, quien vivió esta historia tan linda y tan trágica que yo quería escribir sobre él. "¿Por qué se hizo pintor?", le pregunté un día y me contó que, años atrás, se había producido el asesinato de un político y a dos muchachos que pasaban los habían hecho reos bajo el cargo de asesinato. Figari no era pintor todavía, era juez, él fue a ver a los muchachos a la prisión y se dió cuenta de que había algo político detrás y que estos pobres muchachos eran víctimas. Entonces combatió, tomó partido y defendió a estos dos jóvenes; por razones políticas lo repudiaron, lo hicieron renunciar como juez y todo el mundo se apartó de él, hasta su propia familia. Uno de estos muchachos le decía: "Por favor, no se sacrifique más por nosotros"... Figari, que venía de una familia de fortuna, iba a su fundo con su hijo menor en brazos y, para hacerlo caminar al niño, le ponía una pelota adelante y así llegaban a pie al fundo. Y entonces Figari, que ya estaba aislado de todo, empezó a revisar cajones y baúles en la vieja casona y se encontró con dibujos y acuarelas que había hecho de niño. Empezó a pintar y de ahí nació el gran pintor Figari, de esa tragedia, como una cosa de Dios. ..... Durante esos años, Victoria Ocampo me pidió una reseña de la pelicula Puerta cerrada, para la revista Sur porque en esa época ningún crítico se iba a dignar comentar un filme del cine nacional. Me la pidió porque todos sabían que a Borges y yo nos encantaba el cine. De modo que me fui a ver Puerta cerrada, que era un melodrama tremendo, con tangos, pero tenía alguna belleza, tenía emoción y Libertad Lamarque estaba fantástica. A mí me conmovió y, desde el punto de vista cinematográfico, este melodramón estaba bien hecho. Y entonces yo, honradamente, escribí una crítica lindísima a favor, la primera que se hacía en Sur a favor del cine criollo y de Libertad, a quien los escritores consideraban cursi. Ellos creían que yo iba a hacer una sátira, porque soy bien buena para reírme, pero mi crítica fue muy positiva y tuvieron que publicarla, puesto que me la habían pedido. A raíz de esa crítica hubo conmoción y se vendieron todos los ejemplares de Sur. Salir en esa revista de intelectuales era muy importante para el cine nacional. Entonces vino el director Luis Saslavsky a pedirme que el próximo guión lo hiciera yo. El grupo de Sur me criticó mucho por haber aceptado, pero a mí siempre me ha gustado la parte romántica del melodrama. Decidí hacer María, de Jorge Isaac, y Luis me guiaba con los términos y expresiones del cine (primer plano, blackout, etc). Ya estaba por terminar el guión cuando el productor me dijo que no iban a poder filmarlo porque los herederos de Isaac ya habían vendido los derechos a Estados Unidos por treinta y ocho mil dolares. Yo me quedé helada hasta que Luis me dijo: "Mire, Bombal, haga su propia María", Y pensé, claro, por qué no, voy a hacer mi historia igual de romántica, de fin de siglo y que pase en la Argentina. Escribí un melodrama también, te voy a decir, pero más romántico, más cultivado, aunque me imponían muchas cosas, que Libertad cantara, por lo menos, tres veces, que siempre tenía que ser buena, porque si no perdía a su público. Pero así y todo, me salió un guión lindo. Y la música de fondo era de Chopin. Así, en 1937, salió La casa del recuerdo, que tuvo un éxito fantástico. La heroína era hija bastarda de un aristócrata y, desde niña, se miraba por encima del muro con el niño del lado. Hasta un duelo metí yo (ríe divertida), ¡a mí me encantan los duelos!... Un día que entran a la iglesia, el amigo del protagonista la llama a ella "hija de una mujerzuela" y él lo reta a duelo... Como en María, él se va lejos por un tiempo y ella se muere porque tenía una enfermedad desconocida, oía campanas..., oía campanas... tenía algo al cerebro, seguro, y ella se desesperaba tanto y se quejaba a su madre de su destino tan injusto... Mis amigos escritores me aconsejaron que sacara mi nombre de la película, pero Luis Saslavsky rehusó y me hizo participar en todo, ahí conocí a Libertad Lamarque y, cuando terminaron de filmar, me sometieron toda la película para que yo la revisara. Y el cine argentino cambió porque, imitando La casa del recuerdo,empezaron a hacer otras películas de fines de siglo y hasta el emperador del Brasil (ríe). Terminé las historias de tango yo y, si no las terminé enteramente, empezó a nacer toda esa cosa romántica. .....En Estados Unidos trabajé en doblaje con Ramón Sender y Ciro Alegría en el año cuarenta y tres, antes de que naciera mi hija... Es fregado el doblaje, no es un trabajo creador porque hay que repetir, es ser un obrero, pero es muy bien pagado. A veces uno no sabe que hacer con las cosas más sencillas...Me acuerdo que una vez, un actor español en close-up decía: "Baaasta! ¡Baasta!, la traducción, claro, era "enough" que en inglés se pronuncia con una vocal muy cerrada. Yo no hallaba qué hacer para encontrar un equivalente que mejor correspondiera a la boca tan abierta del actor cuando decía "¡Baasta! y la camara lo mostraba tan de cerca... Con Ciro éramos muy amigos, era un chiquillo muy culto y con gran amor por Chile. Después también hice publicidad en inglés con Cantuarias. Fueron buenas experiencias. .....Viví veintinueve años en Estados Unidos, yo digo treinta porque sale más fácil. Pero tú sabes que en ese país los escritores están tan dispersos que no existen los grupos, el único modo de comunicarse con ellos es a través de sus editores. Ahora, cuando fui representante al PEN Club, fue cuando conocí a Sherwood Anderson, a Elskine Caldwell... Fuimos todos a la Casa Blanca y nos recibió Roosevelt. Claro que yo seguí manteniendo contacto con los escritores latinoamericanos y, cuando iban a Estados Unidos, pasaban a verme... De ahí nació mi gran amistad con Gabriela Mistral, éramos grandes amigas y eso que nos veíamos poco. A Gabriela la conocí en Buenos Aires, cuando yo ya había publicado, era admiradora de ella desde chica. Gabriela me leyó a mí cuando estaba en el Brasil y desde allá me enviaba unas cartas muy lindas... Cuando pasó por Buenos Aires, Angélica Ocampo, la hermana de Victoria, me mandó a decir que Gabriela quería verme, así la conocí. Y después la volví a ver en los Estados Unidos, en Los Angeles, en Nueva York, y creo que fui una de las primeras personas que la vio muerta, que le trajo flores... se las puse sobre el pecho, estaba preciosa Gabriela... (emocionada). Su secretaria me avisó que había muerto y que había dejado una carta inconclusa para mí. En Los Angeles, ella estaba pasando una tragedia terrible, los chilenos eran muy injustos con ella... dicen que Gabriela se sentía perseguida... es que la perseguían (indignada)... ¡Yo soy testigo! Y allá en Los Angeles la tuvo que defender México... Los chilenos se portaban pésimo con ella, incluso no le entregaban su correspondencia y la dejaban tirada en el baño... ¡Eso yo lo ví!... Entre los lavatorios donde corría el agua... Allá en su casa, en los alrededores de Los Angeles, la mayordoma, el jardinero y el chofer que tenía le daban pastillas de dormir y hacían fiestocas hasta que ella se dio cuenta y pidió ayuda al cónsul interino de Chile para que le ayudara a echarlos porque tú sabes que allá, por las leyes laborales, etc., no es tan fácil deshacerse de los empleados... Pero, no quiso ayudarla y fue el cónsul de México el que la ayudó... Cuando la ví en su feretro, le comenté a mi marido: "Fíjese que Gabriela estaba aún ahí, no estaba muerta" y él me respondió "Es que en los seres superiores es así" y tenía razón... A diferencia de Neruda que me llamaba "Madame Mérimée" y "abeja de fuego", Gabriela me decía "chiquita", como le decía a todas las escritoras más jóvenes. .....Me pides que hablemos de mi obra, pero para mí resulta una laaata, ¡que hablen los críticos!, además, eso está todo en las entrevistas que se han publicado en los periódicos... Bueno, La última niebla está inspirada en haber tenido un amante que no tuve... Mi primera experiencia amorosa fue bastante espantosa, yo lo puse a él como marido, la novela tiene una base autobiográfica bastante trágica y desagradable... La experiencia sexual también; en esa época, las regulaciones eran para que las obedecieran los de la clase media... bastante trágica, pero uno no puede hablar de los secretos del corazón y del alma... Son los secretos que uno no puede estar poniendo en la mesa porque se hace algo público ¿ves tú? La novela está basada en mi primer amor, que terminó a balazo limpio. .....Comencé La última niebla mientras Pablo estaba haciendo los poemas de Residencia en la tierra, los dos escribíamos en la cocina de su casa. Recuerdo que un día Pablo me mostró un poema en que tenía la imagen "asustar a una monja con un golpe de oreja", yo la encontré horrorosa, grotesca, y Pablo se enojó mucho. Claro que, en el fondo, eran discusiones amistosas, nos queríamos mucho. Terminé mi novela cuando Pablo ya estaba en España y se la mandé. Yo tenía una carta preciosa en que Pablo me decía: "He hecho una fiesta y ha venido Federico, Aleixandre y todos los amigos y hemos celebrado tu libro". Me decía que yo escribía un mundo que parecía agitado por un agua clara, por un soplo de misterio... (melancólica). Pablo me reprochaba mucho que yo no le diera importancia a lo que había escrito, "Tú no sabes lo que has hecho", me decía, yo no me daba bien cuenta, escribía lo que sentía, pero lo que sí me daba cuenta es que escribía a lo Madame Mérimée, muy lógica. Pero lo demás, yo decía, bueno, es lo que yo siento y nunca creí que iba a tener tanta repercusión, no creí, fíjate. En la novela yo puse la niebla de Santiago porque, mientras ocurría esa tragedia terrible, había mucha niebla en Santiago, pero después yo la poeticé. ¿Ves tú? Era mitad verdad y mitad lo que yo hubiera querido... Después de eso, ya no quise la niebla, de niña siempre me encantó la niebla, ahora la odio, no la puedo soportar. .....No me importó para nada el feminismo porque nunca me importó. Sí leía mucho a Virginia Woolf, pero porque sus conceptos los hacía novelas y no daba sermones. Nunca fui amiga de Victoria Ocampo, ella era mi editora y fue generosísima conmigo. No me quería, yo creo, porque yo era tan distinta... Ella era tan solemne, tan gran señora y yo estaba en otra onda, como dicen ahora. Además, no sentía que la mujer estaba subordinada, me parece que cada una siempre ha estado en su sitio, nada más. La última niebla me parece a mí que es un drama sentimental porque son cuestiones pasionales de la mujer, pero no creo que haya existido una imposición del marido. Era una desilusión de ambos. No se comprendían porque el hombre tiene otro carácter. Entonces ella tenía que llenar ese vacío con lo que ella hubiera querido que fuera... Ahora que tú me preguntas, me doy cuenta de que el que se haya casado para no quedarse solterona, sí era una imposición de la sociedad... eso que tú dices es muy serio, yo no lo había pensado...Pero eso sí, quedar solterona en esa época era terrible, ¡Dios nos libre!, era como un estigma... Fíjate que es la primera vez que lo veo y los siento...La mujer solterona quedaba al margen de la vida y de la sociedad. Yo creo que lo social en mi literatura siempre ha sido sólo como un trasfondo y no por ignorancia, porque lo leía todo, sabía todo, pero no lo pensaba. A mí me interesaban las cosas personales, pasionales, el arte, ¿comprendes?; el arte social no existía para mí. ¡Eso! Era un total indefirencia, total. Porque tenía pasión por lo personal, por lo íntimo, por el corazón, por la naturaleza y por el misterio. Todo lo que fuera social, oye, eso, no, pasaba por alto porque no me interesaba, ni me apasionaba, ni me indignaba. No existía para mí, porque yo estaba demasiado agarrada con las tragedias personales, el arte y la poesía. ..... Claro que siempre el hombre y la mujer han sido muy diferentes. El hombre es intelecto, sabe más, es "the power in the trone" mientras la mujer es puro sentimiento. Yo creo que el amor es lo más importante en la vida de una mujer... La mujer es puro corazón, a diferencia del hombre que es la materia gris...Por eso no se entienden...Y el estilo de la mujer es menos áspero, menos realista; es un estilo más del corazón, diría yo, porque las mujeres somos sentimentales y no materialistas ¿ves tú? Para mí, lo más importante ha sido siempre el ritmo porque, aunque me guste una palabra y sea la palabra precisa la rechazo, ¡fuera! si no entra en el ritmo. Por eso tacho mucho cuando escribo...Siempre busco un ritmo que se parezca a una marea, la oración, es una ola que asciende y desciende y luego vuelve a subir... Yo creo que, en el fonde, soy poeta, mi caso es el del poeta que escribe prosa. Yo soy poeta, pero como tengo una educación francesa también soy la lógica personificada. ..... Escribí La Amortajada porque siempre, fíjate, me aterró la muerte. Me acuerdo que una vez, cuando vivía con Pablo en Buenos Aires, tuve un sueño terrible, soñaba que veía los pies de alguien que estaba acostado, sólo los pies, pero yo sabía que eran los pies de un muerto y desperté espantada, entonces me fui a contarle a Pablo...La muchacha muerta que ella ve en "La Última Niebla" no es la primera mujer de Daniel, los críticos se equivocan en esto, yo quería que fuera la primera vez que la protagonista se enfrentaba con la muerte ¿comprendes tú? Ahora yo no creo que la muerte sea algo definitivo, no, la muerte para mí es un despegarse gradualmente de la vida, poco a poco...y hay una mujer que está contemplando a la amortajada y siente compasión por lo que a la pobrecita le ocurrió en vida y que solo llega a comprender en la muerte. Yo creo que hay dos muertes, la primera, que significa comprender, y una segunda muerte que a los seres humanos nos está vedado comprender. Eso lo he creído siempre (enfática). .....Ahora con El Árbol ocurrió algo muy extraño. Fíjate que después de escribir yo El Árbol un día en Buenos Aires, entro a la casa de Nina Anguita y ¡allí estaba el árbol! Entonces yo lo dije: "Nina, por Dios, yo escribí sobre este árbol mucho antes de conocerlo". Había sido la imaginación que se había adelantado a la realidad... Por eso le dediqué el cuento a Nina...¿Te das cuenta lo que es la imaginación?. Después a mi hija le puse Brigitte, por Brígida en el cuento. A mí antes me gustaba mucho la música clásica. Con mi marido en Estados Unidos pasabamos horas escuchando música clásica, y ahora no la puedo oír porque me pone demasiado triste. Mozart siempre me inspiró el juego, la alegría despreocupada de la niñez, porque él nunca dejó también de ser un niño, mientras que Chopin es la pasión, el sentimiento y Beethoven el horror final, el sufrimiento, ese drama que yo no puedo definir. ..... Mira, la verdad es que Islas Nuevas es un cuento que surgió de manera misteriosa. Cuando yo vivía en la Argentina, yo siempre visitaba una estancia, "La Atalaya", se llamaba, allá en la pampa, y ahí era testigo de un hecho maravilloso. En la estancia había muchas lagunas y misteriosamente el agua bajaba y aparecían todas estas islas nuevas que después también desaparecían misteriosamente. Era sobrecogedor y este hecho sobrecogedor, maravilloso, me inspiró para imaginar a una mujer que era tan misteriosa como la naturaleza que los hombres "no" comprenden ni quieren comprender. Yolanda, ¡pobrecita!...Esa ala como un estigma que la condenaba a la soledad y su cabellera, porque yo siempre he pensado que el pelo de la mujer es como las enredaderas, ¿ves tú?, el pelo las une a la naturaleza, es una prolongacióbn de la naturaleza. Por eso, mi María Griselda hunde su cabellera en el río Malleco y en mi cuento Trenzas digo que los árboles del bosque y el cabello de la hermana en la ciudad poseen las mismas raíces. Ahora, ese cuento está basado en la realidad. Eso ocurrió efectivamente a dos hermanas... Mientras una estaba en la quinta la otra se moría a la misma hora en que se estaba quemando el bosque...Pasó en la Quinta Vergara, allá en Viña. ..... La verdad es que María Griselda era sólo un esbozo en La Amortajada, ¿te acuerdas tú?, pero el destino o ella quisieron que yo escribiera su historia. Como tú sabes, yo en Estados Unidos inmediatamente presenté mi obra a Farrar Straus y ellos la aprobaron, pero, como son los editores de allá, me llamaron y me dijeron que tenía que convertir La Ultima Niebla y La Amortajada en novelas de, por lo menos, doscientas páginas. En el caso de La Última Niebla, cambié todo y escribí en inglés "House of Mist". Claro que escribía bajo la supervisión de mi marido, que dominaba el inglés a la perfección. Entonces, no hallaba que hacer con La Amortajada y, de repente, un día me dí cuenta de que podía ampliar la historia de María Griselda. Su belleza es también un estigma, los maravilla a todos, pero solo produce la desgracia ¡Tan sola ella siempre! ..... Me encanta que menciones " Lo Secreto", porque nadie lo ha comprendido... ¡Y nadie escribe sobre ese cuento, cuando es tan importante para mí! Fíjate que cuando yo era chica, me fascinaban las novelas de piratas, cuando llegaba el capitán y daba órdenes, "Tú, trae tal cosa, tú, pásame esta otra" (imita lenguaje de piratas). ¡Eran tan divertidos! ¡Me encantaban! y ¿te acuerda tú que ellos hablan así en el cuento? El capitán arrogante, dándole órdenes al chico, creyéndose dueño del mundo. En "Lo Secreto", yo ex profeso hice de mis personajes unos verdaeros piratas (ríe). Y entonces van navegando los piratas cuando, en una tormenta, caen al fondo del mar y se encuentran en este lugar tan espantoso... Pero es que han perdido a Dios. Nadie ha entendido que se trata de la pérdida de Dios. Esa situación horrible de enfrentar la nada, de perder todo sentido de la existencia por haber perdido a Dios. (Testimonio autobiografico basado en una serie de entrevistas realizadas por Lucia Guerra y Martín Cerda en 1979. Publicadas por Lucia Guerra," María Luisa Bombal, obras completas", Editorial Andres Bello, 1996 ). ------------------------------------------------o------------------------------------------------- Merecido Homenaje por Rodolfo Garcés Guzmán -------------------------------------------------------------------------------- .......... La figura de una sublime creadora chilena retorna con su halo de fantasía y leyenda, en un acto que significa un merecido homenaje a su talento y aporte a las letras nacionales, en el libro "Obras completas de María Luisa Bombal", (1910 - 1980). La presentación de la obra se realizará hoy en los jardines de la Editorial Jurídica de Chile, que dobla su tarea en el sello Andrés Bello, evocador del sabio venezolano, primer rector de nuestra más antigua universidad y padre del Código Civil, que redactó en pulcro lenguaje. La empresa celebra así su medio siglo en la tarea de divulgar a grandes escritores del orbe. .......... Nadie, como Alone, luchó para que otorgaran el Premio Nacional de Literatura a María Luisa Bombal, por su rango creador único, cuya magia creativa es un secreto. Si en su juventud manifestó en la pluma su amor espiritual por Mariana Cox, "Shade", en su madurez quebró lanzas por María Luisa Bombal. "¿Dónde aprendió esta joven de sociedad, en qué escuela, con cuál maestro, su arte inmemorial y leve, esa lengua que lo dice todo y no se siente, que hace ver, oír, saber de una manera como milagrosa entre angélica y diabólica?", pregunta, arrobado, Hernán Díaz Arrieta, en su "Historia personal de la literatura chilena". .......... Alguna vez ella contó, de paso en Chile, de sus estudios en la Universidad de París, la prestigiosa y clásica Sorbona. Obtuvo aunque no ha sido divulgado, una licenciatura en Literatura Francesa, con una tesis sobre la obra de Próspero Merimée. Fue allá a los 12 años y vivió hasta 1931. Apasionada por la obra de Dostoiewski, leyó también con fervor a Virginia Woolf, Selma Lagerlof (primer Nobel femenino, 1909) y a Knut Hamsum, otro galardonado por la Academia Sueca, en 1920. Bebió en lengua directa a cuanto genio francés pueda imaginarse, como después, durante su residencia en Estados Unidos, paladeó en su idioma original a los grandes autores norteamericanos e ingleses, sin perder el español, pues conocía a fondo sus autores cumbres. .......... Cada vez que venía al país iba a "El Mercurio" de Valparaíso: como viñamarina contaba con el aprecio de don Joaquín Lepeley, 35 años director del decano de la prensa mundial de habla hispana. Los reporteros de entonces, más si aficionados a las letras, teníamos el privilegio de charlar con esa mujer tan inteligente, entretenida y misteriosa. Alguna vez conté del homenaje que rindieron a ella y Jorge Luis Borges, en el Club Naval, a pocos años de su muerte. Los veo, sentados muy juntos en un pequeño sofá, tomados de la mano. María Luisa, con una risita de niña mimada, con aire complacido, él mirándola sin verla, alegre, en tanto que jugueteaba con cada uno de sus dedos como si fueran los pétalos de una rosa. Inolvidable. .......... La mayoría de los estudios literarios destacan su pureza poética y perfecta técnica narrativa, original, tan poderosa que se diría única en las letras hispánicas. Escribe sus relatos situándolos en las horas imprecisas de la realidad y el sueño de la verdad y la ficción artística. En su prosa impresionista palpita una riqueza de sensaciones y estados límites, como el amor, el sexo y la muerte que se prolongan en otra vida posible. Con toda razón afirman que sus personajes son fantasmas surgidos de honduras anímicas, configurados para servir de modelos en indagaciones sicológicas. .......... Sus obras, breves, inquietantes, llaman a leerlas de un tirón. "La última niebla", Buenos Aires 1935, con segunda edición en Chile, en 1941; y "La amortajada", Buenos Aires, 1938, también con edición chilena en 1941. Premio Municipal de novela en 1942. Ambas discurren en un mundo fabulosos, irreal, si bien fijadas en realidades inmediatas. Su cuento "El árbol" es luz descriptiva de las emociones del amor integral. Ha llamado la atención el planteamiento de problemas metafísicos: ¿No será la vida en la tierra la continuación de la muerte previa, inicial?. Su respuesta, en términos novelescos, sería, aducen: si primero hubiéramos estado muertos, nuestro paso por la vida en otra tierra sería una segunda experiencia existencial. Por eso, "La amortajada" retrotrae viejas dudas filosóficas: ¿Es posible recordar después de la muerte? Tenía, apenas, 28 años. .......... Sus cuentos aparecidos en diversas revistas -como la obra que tradujo al inglés- están recopilados. Entre esos, "El árbol", ya citado, "Las islas nuevas" 1939; "Mar, cielo y tierra", 1940; "La maja y el ruiseñor", 1960. En 1977, a tres de su muerte, la Academia Chilena de la Lengua, premió "La historia de María Griselda", 1946, en su edición definitiva de 1976. De ahí la importancia y valor del homenaje de la Editorial Andrés Bello que auna, en gracia y majestad, su talento creativo. en El Sur, Concepción, 15 enero 1997...... --------------------------------------------------------o------------------------------------------------------------ La Historia de María Griselda, de María Luisa Bombal Acaban de leer mis alumnos (y yo, releer) ese hermoso relato, etéreo y sobrenatural que es La Historia de María Griselda, obra escrita por nuestra recordada María Luisa Bombal. Este delicioso y trágico personaje que es María Griselda tiene una fugaz aparición en La Amortajada, de la misma autora, pero en esta obrita, que originalmente es un cuento de 1948 y luego una novela corta en la edición de 1976, esta hermosa mujer alcanza el protagonismo en una historia que, partiendo de las tradiciones propias de los cuentos de hadas, nos muestra una auténtica tragedia producto de un destino que se ensañó al dotar a una muchacha joven y buena con una belleza extraña y sobrenatural. Bien podría ser este el relato de la atracción y la maldición de la belleza femenina. Por otro lado, el lenguaje, esa forma casi poética en algunos párrafos o definitivamente lírica en otros, proveen -según nos dijo el crítico Ignacio Valente hace varios años- un poder alusivo, una descripción mínima, una explicación casi inexistente, por que los personajes, “los seres aparecen en su presencia inmediata, más sugeridos que desarrollados, casi siempre velados a medias por el misterio de todo lo existente. Aparecen, ésa es la palabra, según el privilegio magno de la poesía, se nos presentan de súbito, en función de su efectividad humana, altamente subjetiva, sin necesidad de establecer tediosamente sus conexiones objetivas con el resto de la realidad. El poder de la sugerencia es maravilloso en estas delgadas y enérgicas apariciones que, sin embargo, se pliegan espontáneamente a las exigencias del relato, a su sitio dentro de un argumento, a los recodos de una trama”. No puedo sino aplaudir este poder poético de la narrativa de María Luisa Bombal, esa forma suya tan propia para crear atmósferas únicas, sutiles, penetrantes, envolventes. Pareciera que en este los personajes flotaran, un tanto desvaídos y enigmáticos ante la magna presencia de la musa amazona; los acontecimientos, por su parte, son leves y casi iinatrapables; lo dominante es la atmósfera, esa carga etérea cargada de significación que domina todos los hechos, y que en este caso está ligada a la belleza sobrehumana y destructora de María Griselda. La identificación de María Griselda con la naturaleza, con el bosque, con el río, con todo aquello que es telúrico, la provee de las energías necesarias y la dota de esa condición única de poseer una belleza tan cambiante como permanente, esa belleza que atrapa y desgarra a quienes la conocen. Ha llegado la hora de buscar y releer a nuestra María Luisa, ya tuvo el Pago de Chile que la dejó ir al otro mundo en medio de problemas económicos, de una enfermedad incurable que por la época en que vivió fue vista como un vicio y sin el único premio que esperó y soñó toda la vida, el Nacional de Literatura, rescatemos nosotros el conocimiento y delicia de leer a nuestra única y notable María Luisa. En la página web de Memoria Chilena se encuentra la versión original (cuento) de esta breve y notable obra, pueden leerla aquí. prof. Benedicto Gonzalez Vargas Diccionario Biográfico ed. de 1996, p. 78.