Abogado en 1914. Diccionario Biográfico de Chile ed. VII p, 315. Historia de la Biblioteca Junio es el mes de la Biblioteca. En este mes, durante el año 1926, el Consejo Universitario decidió que, luego de siete años de la creación de la UdeC, era necesario instaurar una Biblioteca Pública Universitaria que podría instalarse en las oficinas administrativas. El Directorio pasó un informe a la Comisión de Finanzas, la que finalmente aprobó el presupuesto de gastos de instalación de la citada biblioteca. A la cabeza de este organismo asumió don LUIS DAVID CRUZ OCAMPO, quien entonces era el Secretario General de la universidad. Durante 1930, LUIS DAVID CRUZ OCAMPO realizó un viaje al extranjero, comisionado por la UdeC, para que estudiase el mecanismo más moderno de las Bibliotecas y pidiera directamente en las librerías y casas editoras las obras literarias más cotizadas de entonces. Luego de la puesta en marcha de la Universidad de Concepción en 1919, Enrique Molina Garmendia concibió la idea de una “ciudad universitaria”, para la cual se concretó la compra de los terrenos denominados “La Toma”, durante la década del 20. Este sector se extendía entre las calles Chacabuco y Roosvelt hasta la cumbre de los cerros que cerraban el valle por el sur, lugar donde actualmente se ubica nuestro campus. De acuerdo con la idea de Molina Garmendia, paulatinamente se fueron construyendo los edificios que albergaron las escuelas instaladas, hasta entonces, en el centro de la ciudad. En 1930, la Universidad contrata al arquitecto y urbanista Karl Brunner, quien materializó la idea de ciudad universitaria, estableciendo los lineamientos generales mediante los cuales se construirían los edificios universitarios hasta mediados de los años 50. Siguiendo el llamado ”Plan Brunner”, en 1955 fue llamado y jurado el concurso de arquitectura para construir una Biblioteca Central al interior del campus, la que se ubicaría inmediatamente al sur del Campanil, en el área donde hoy en día se encuentra el Foro. El concurso lo ganaron finalmente dos arquitectos santiaguinos, quienes no pudieron llevar a cabo el proyecto porque los planes de construcción en la UdeC cambiaron drásticamente con la enfermedad del rector Enrique Molina, quien falleció el año siguiente. La elección del nuevo rector David Stitchkin trajo consigo un nuevo plan regulador para las construcciones universitarias: se contrató al arquitecto y urbanista Emilio Duhart para realizar un estudio preliminar de la ampliación de la ciudad universitaria, incluyendo una revisión del Plan Brunner y la nueva ordenación de los espacios para las futuras edificaciones. Debido a estos cambios, la Biblioteca Central debió seguir esperando para cambiarse desde la Casa Central en Barros Arana, al campus universitario de calle Chacabuco. El nuevo Plan Regulador de Duhart (1958) estableció que el espacio alrededor del Campanil debía utilizarse con los edificios que convocaran la concurrencia permanente de gran cantidad de personas. Es así como se proyectó construir la Biblioteca Central en el lugar que hoy ocupa la Dirección de Tecnologías de Información (DTI), en un inmueble de tres pisos con el primero de planta libre. Sin embargo, el terremoto de 1960 obligó a replantear nuevamente todas las futuras construcciones a realizarse en el campus, dándose inicio al Plan de Rehabilitación y Reconstrucción de corto y mediano plazo para las edificaciones dañadas al interior de la UdeC, y por ende, retrasando los demás proyectos en espera de construcción. En 1962 se retomó el proyecto de construcción de la biblioteca, el que esta vez contemplaba su edificación en estructuras de hormigón. Sin embargo, una donación de dinero entregada para estos efectos expiró, y el proyecto nuevamente fue postergado. Sólo en 1967 se acordó construir la Biblioteca Central en el espacio en que actualmente se ubica, dado que la expansión del campus hacia el sur obligaba a culminar el gran prado central con una construcción de gran envergadura. Es así como en 1971 se termina la construcción del edificio de la Biblioteca Central, el que en un principio fue concebido con estanterías abiertas, tal cual lo conocemos hoy. Sin embargo, este sistema no funcionó ya que se llegó a la conclusión anticipada de que los lectores no tenían la cultura suficiente para operar con estantes abiertos, y se continuó con la idea de mesón de consulta y de estante cerrado. Sería en el año 2002 cuando la Biblioteca Central LUIS DAVID CRUZ OCAMPO pudiera, finalmente, operar con las estanterías tal cual las concibieron 40 años atrás los arquitectos Emilio Duhart y Roberto Goycoolea, y que hoy es un sistema amigable, útil y exitoso. SIBUDEC Fuente: García, J (1994) El Campus de la Universidad de Concepción. Su desarrollo Urbanístico y Arquitectónico. Concepción: Universidad de Concepción Por esta misma fecha comenzó a construirse el edificio que por más de 30 años albergó a la Biblioteca. Se ubicaba anexo al Teatro Concepción, y según consta en una revista Atenea de la época, las oficinas disponían de “amplios y cómodos departamentos que han sido arreglados de manera especial en relación con el objeto a que serán dedicadas. Se destinará a Sala de Lectura de la Biblioteca el gran Salón de Baile del Teatro ubicado en los altos del edificio y que reúne magníficas condiciones de luz y espaciosidad“ (Atenea, Vol. I, 1930). Después de la mudanza, el personal de la biblioteca trabajó arduamente en confeccionar listas alfabéticas de los libros solicitados al extranjero, y asimismo, en elaborar un índice provisional de autores de las obras ya existentes. En 1931 se trabajó en la colocación de los volúmenes en las nuevas estanterías, los que en ese tiempo alcanzaban los 15 mil ejemplares. Sin duda fue un trabajo titánico catalogar a mano los libros por autor y materia, pero más titánico aún era prestar libros sin tener ningún tipo de índice o registro alfabético por el cual guiarse. Parece impensable en estos tiempos, en los cuales es tan fácil adquirir la información bibliográfica a través de la web, que en aquella época las bibliotecas funcionaran de ese modo, y más aún, que el sistema de catalogación implementado por la UdeC fuera pionero en el país. Tanto es así que se recibió la visita de un inspector de la Biblioteca Nacional, muy interesado en conocer la manera en que se llevó a cabo este trabajo de ordenamiento de los libros. En 1931 la biblioteca contaba con 12 funcionarios, los que en un lapso de un año realizaron el trabajo de ordenar y catalogar los 15 mil libros con los que contaba la biblioteca de la UdeC. Toda una hazaña. ------------------------------------------o--------------------------------------------------------- Luis David Cruz Ocampo Realiza sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de Concepción. Posteriormente, ingresa a estudiar Leyes en el curso Fiscal que la Universidad de Chile mantenía desde 1865 en nuestra ciudad, en el inmueble del entonces Liceo de Hombres de Concepción. Se titula de abogado en 1914, trasladándose más tarde a Francia, donde realiza estudios de Derecho Internacional y Filosofía en la Universidad de París. En 1917, al crearse el Comité Pro- Universidad y Hospital Clííico de Concepción que decidió fundar la Universidad, fue uno de los primeros que acudió al llamado a colaborar en esta magna obra. Después de actuar en forma provisional en la Secretaría de dicho Comité don Carlos Roberto Elgueta, don Luis Cruz desempeñó esta difícil tarea por más de quince años. Además de su labor específica como Secretario General de nuestra Universidad, se desmpeña como profesor de Filosofía y Derecho Intemacional en el curso Fiscal de Leyes. Con motivo de la tramitación de la personería jurídica de nuestra Universidad, don Luis Cruz tiene la importante misión de redactar sus primeros Estatutos (1920), cuerpo normativo que puso fin al Comité Pro- Universidad y Hospital Clínico y que sentó las bases para la condtitución de su Directorio, dejando las funciones docentes en manos del Consejo Universitario. En 1921, junto a otros destacados profesionales ideó las denominadas "donaciones con sorteo", antecedente directo de lo que es hoy la Lotería de Concepción, sistema de financiamiento que permite contar a la Corporación con recursos suficientes para dar solución a sus problemas más urgentes. 43 Tres años más tarde, su tenacidad y gran valor lo llevan a fundar la revista Atenea, publicación de Ciencias, Letras y Bellas Artes, por medio de la cual nuestra Universidad extendió en el país y en el extranjero el campo de su quehacer intelectual. Una vez creada la Biblioteca Central en nuestra Corporación (1926), don Luis David ocupa su dirección, desde su creación hasta 1939. Su vasta labor no se circunscribió sólo a nuestro ámbito, pues asistió, en 1931, al Primer Congreso Internacional de Universidades, efectuado en La Habana, a la celebración del Cuarto Centenario del Colegio de Francia y al Congreso de la "Societé de Gens de Lettres" de París, teniendo en todos estos eventos una lucida actuación. El Gobierno francés, en atención a sus relevantes e indiscutidos méritos, como intelectual, historiador y filósofo, le otorgó la condecoración de Instrucción Pública, en el grado de Oficial. A nivel nacional, fue Ministro de Estado en la Cartera de Educación durante dos breves períodos, el primero en el año 1932 y el segundo en el año 1952. Fue designado durante el Gobierno de don Pedro Aguirre Cerda, Embajador de nuestro país ante la Santa Sede (1939), y en el gobierno de don Juan Antonio Ríos, Embajador en la desaparecida Unión Soviética (1945). En 1948 participó como representante de Chile ante la Tercera Asamblea de las Naciones Unidas en París. De regreso al país, fue nombrado asesor jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores, cargo del que jubiló para acogerse a un merecido descanso. Don Luis David Cruz fue autor de numerosas monografías y ensayos de gran valor, destacando entre estos últimos, por su profundidad, uno sobre La Intelectualización del Arte, comentado en diferentes círculos intelectuales no sólo del país, sino también de América y de Europa. Este destacado abogado penquista fallece en Concepción en 1973. Fuente: Diccionario Biográfico de Chile, 13a edición, 1967; ---------------------------------------o-----------------------------------