Sus antepasados en el Reyno de Chile de Luis de Roa, Las Casas Troncales de Colchagua de Luis Amesti Casal y Familias Chilenas de Guillermo de la Cuadra. Esto dice su nieta María Elisa Vidal Lagos. Era muy activa, tenía mucha energía. Estaba en todo: dirigiendo, dando órdenes, manejando la casa. Subía y bajaba la escala, rezaba, iba a la cocina, iba al granero, alimentaba a las aves, supervisaba el lavado semanal de la Verónica (también nuestra lavandera en el verano), el planchado con plancha a carbón, el amasijo del pan cada dos días, el encendido del horno de barro al amanecer del otro día. En su casa tenía un huerto con todo tipo de hortalizas para su consumo, además, le llevaban del fundo la leche, leña y lo que cultivaban allí. De repente iban vecinas a comprarle un almud (antigua medida de peso) de trigo o un repollo o huevos que juntaba en una caja de zapatos con la fecha escrita en cada uno de ellos. Los domingos iba a misa en la parroquia que quedaba muy cerca de la casa donde tenía su propio reclinatorio y silla, esta era una costumbre muy común en ese tiempo. Siempre la vi con zapatos con tacos, vestida con ropa gris, era delgada, su pelo fino jamás fue completamente blanco, lo peinaba con permanente y lo sujetaba con pinches, le tocó vivir en dos siglos, fines del XIX y hasta 1967, adaptándose perfectamente a los cambios del siglo XX.