Recordación especial de gratitud perenne, merece como fundadora de la casa religiosa del Corazón de María, en Linares, doña Dolores Ferrada M., una virtuosa dama, perteneciente a la familia del Capitán don Lucas Ferrada que muchos méritos tiene en el progreso de esta Provincia.... es doña Dolores reconocida, tambièn, como fundadora del Hospital de la ciudad, de la Casa de Ejercicios y del Convento Claretiano, obras en las cuales gastó toda su fortuna.." JUAN MUJICA DE LA FUENTE. HISTORIA DE LINARES. 1945 --------------------------------------------------------o------------------------------------------------------------- Bajo el titulo - "Una nobilísima acción de caridad, la señora María de los Dolores Ferrada, de Linares" - don Benjamin Vicuña Mackenna escribió en el Mercurio de Valparaíso, en Febrero del año 1883, el siguiente artículo: I. No son siempre las grandes ciudades ricas y populares las que en nuestro país ejercitan el noble monopolio de la caridad en acción. Bien es cierto que en esta ciudad marítima y casi cosmopolita obsérvase con no escasa frecuencia acciones de generosos desprendimientos dignos del mayor aplauso; y a este respecto sería suficiente recordar que el actual y grandioso hospital de Valparaíso débese exclusivamente a emolumentos de la caridad privada, así como el Hospital futuro se habrá de deber casi exclusivamente a una sola y digna familia/ . En medio de tan dolorosa paralización de los fructíferos legados del alma a las almas, una modesta señora, honra y providencia ha venido en estos postreros días a ofrecer al país un ejemplo, no solo virtuoso sino inteligente de desprendimiento, creando en vida un cuantioso legado al menesteroso hospital de San Juan de Dios de Linares, que ella misma regenta desde hace muchos años con maternal consagración. La señora María de los Dolores Ferrada, que es la virtuosa matrona de quien hablamos, pertenece a la clase más opulenta de Linares, siendo sus apreciables hermanos don Francisco y don Antonio, ricos y adelantados agricultores de aquella zona. La misma digna señora heredó de su respetable padre, don Manuel Ferrada, de estirpe coquimbana/ , una fortuna considerable que ha ido consumiendo en dones de caridad, hasta quedar reducida en escasa renta. Pero tasando esta misma con próvida mano e inteligente calculo, la señora Ferrada ha echado de ver que apartando una porción comparativamente pequeña de su heredad durante los días que habrá de quedar sobre la tierra para honrarla y aliviar dolores, conforme a su digno nombre, podrá al morir completar su obra ejemplarisima legando en conjunto a su Hospital una no despreciable fortuna. Con este objeto la digna matrona ha inscrito últimamente su nombre ‘ De los Dolores’ en los registros de pólizas de “La Equitativa”, asegurando su vida mediante una cuota moderada y reproductiva aún en vida por la suma de diez mil pesos que pasará íntegra a aquél establecimiento el día mismo de su fallecimiento, sin trámites, sin demoras, sin albaceas ni testamentarias, ni abogados, ni embrollos, ni curiales. ¡Podría a la verdad encontrarse un medio más adecuado, más sano, más llevadero de hacer la caridad durante la existencia transitoria y especialmente en su más allá...que el ideado por la viva, despierta y generosa caridad de la señora Ferrada!. V. Antiguamente, en fuerza de un exceso de egoísmo religioso, era costumbre hacer heredera únicamente a su alma por medio de capellanías que iban a perderse por completo en las mudanzas de los claustros o en las borrascas de los negocios mundanos a que los predios a que se imponía estaban expuestos. Según aseguraba con su discreta y bien probada experiencia el ultimo y digno Arzobispo de Santiago, ninguna capellanía ni aun la mas santa alcanzaba a fructificar en Chile para sus fines legítimos, más de ochenta años y en prueba de ello citaba entre otros muchos ejemplos la capellanía o legado de treinta mil pesos que en 1804 fundo al morir el Obispo Morán para socorrer doncellas pobres, capellanía que aún administrada con celo por sus sucesores, había quedado reducida, en fuerza de inevitables trampas y quebrantos en 1877, apenas a una quinta o décima parte del capital de su institución primitiva y casi moderna. VI. Pero la señora Ferrada, acogiéndose a la discreta y benéfica institución de los seguros sobre la vida, que pagan todo al contado y sin indispensables enredos de albaceas y capellanes, y eligiendo una institución de las que con justicia disfruta de la más alta confianza de este país, ha abierto amplio camino a las almas en que la ciencia no esta valorizada a plazos como los pagares de dinero o los dividendos de los Bancos. Hoy se puede hacer el mismo bien de antes al alma propia, haciendo inmenso bien a las almas ajenas y necesitadas. Las capellanías de los muertos están llamadas a desaparecer en los seguros de los vivos. Resulta además de nuestros informes recogidos en el pueblo mismo donde este hecho verdaderamente revolucionario de las costumbres y de la devoción ha tenido lugar/ , que la señora Ferrada es además el principal sostén de la Iglesia de Linares, que ella ha hecho construir a sus expensas, mientras se termina la Iglesia Oficial, la cual podrá tardar tan largo tiempo como la separación de la Iglesia del Estado en Chile. Y bien: de esta propia y utilísima innovación no surgirá entre las innumerables almas piadosas o simplemente devotas de este suelo la idea práctica y benéfica de otorgar su propia vida en pro y provecho del santuario, asegurando su existencia y funesto sistema de las capellanías de mano muerta o mano moral. VII. De todas suertes, la noble señora Ferrada ha señalado en una remota ciudad, a la caridad de los poderosos y de las grandes ciudades, un camino enteramente nuevo y probado, cuya discusión entregamos a la prensa por la primera vez y a las almas buenas y generosas por la primera vez también para su práctica. Viña del Mar, Febrero de 1883.